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miércoles, 26 de marzo de 2014

Alarmantemente contemporáneo....casi dos siglos después

"Después se preguntó si era el único que había obrado mal en tal fatal historia; si no era una cosa grave que él, trabajador, careciese de trabajo; que él, laborioso, careciese de pan; si, después de cometida y confesada la falta, el castigo no había sido feroz y extremado; si no había más abuso por parte de la ley en la pena que por parte del culpado en la culpa; si el recargo de la pena no era el olvido del delito, y no producía por resultado el cambio completo de la situación, reemplazando la falta del delincuente con el exceso de la represión, transformando al culpado en víctima, y al deudor en acreedor, poniendo definitivamente el derecho de parte del mismo que lo había violado; si esta pena, complicada por recargos sucesivos por las tentativas de evasión, no concluía por ser una especie de atentado del fuerte contra el débil, un crimen de la sociedad contra el individuo; un crimen que empezaba todos los días; un crimen que se cometía continuamente por espacio de diecinueve años".

("Los Miserables", Victor Hugo)


martes, 25 de marzo de 2014

Lo absurdo

"Lo absurdo es creer que podemos aprehender la totalidad de lo que nos constituye en este momento, o en cualquier momento, e intuirlo como algo coherente, algo aceptable si querés. Cada vez que entramos en una crisis es el absurdo total, comprendé que la dialéctica sólo puede ordenar los armarios en los momentos de calma. Sabés muy bien que en el punto culminante de una crisis procedemos siempre por impulso, al revés de lo previsible, haciendo la barbaridad más inesperada. Y en ese momento precisamente se podía decir que había como una saturación de realidad, ¿no te parece? La realidad se precipita, se muestra con toda su fuerza, y justamente entonces nuestra única manera de enfrentarla consiste en renunciar a la dialéctica, es la hora en que le pegamos un tiro a un tipo, que saltamos por la borda, que nos tomamos un tubo de gardenal como Guy, que le soltamos la cadena al perro, piedra libre para cualquier cosa. La razón sólo nos sirve para disecar la realidad en calma, o analizar sus futuras tormentas, nunca para resolver una crisis instantánea"

("Rayuela", Julio Cortázar)


viernes, 7 de marzo de 2014

42

Ayer fue el último examen del curso que he impartido durante estos meses. En una de las preguntas que puse en el examen, da igual cual, los estudiantes tenían que contestar un número entre 2 y 5 y explicar por qué. Uno de ellos tan sólo escribió: "42".
Y es que, según me ha contado un amigo suyo y estudiante también en mis clases, este alumno ha recurrido al infalible comodín de la "Guía del autoestopista galáctico", de Douglas Adams y le debería de dar por correcta la respuesta ¿Por qué es el comodín? En palabras de wikipedia:

"Según The Hitchhiker's Guide to the Galaxy, un grupo de exploradores de una raza de seres pandimensionales e hiperinteligentes construyen Pensamiento Profundo, la segunda mejor computadora de todos los tiempos, para obtener la respuesta al sentido de la vida, el universo y todo lo demás. Después de siete millones y medio de años meditando la pregunta, Pensamiento Profundo declara que la respuesta es cuarenta y dos, razonando que la pregunta fue mal planteada y debe ser formulada correctamente para entender la respuesta".

Como dice mi padre: "hay que leer..."

martes, 4 de marzo de 2014

No rechaces los sueños por ser sueños

No rechaces los sueños por ser sueños.
Todos los sueños pueden
ser realidad, si el sueño no se acaba.
La realidad es un sueño. Si soñamos
que la piedra es la piedra, eso es la piedra.
Lo que corre en los ríos no es un agua,
es un soñar, el agua, cristalino.
La realidad disfraza
su propio sueño, y dice:
«Yo soy el sol, los cielos, el amor».
Pero nunca se va, nunca se pasa,
si fingimos creer que es más que un sueño.
Y vivimos soñándola. Soñar
es el modo que el alma
tiene para que nunca se le escape
lo que se escaparía si dejamos
de soñar que es verdad lo que no existe.
Sólo muere
un amor que ha dejado de soñarse
hecho materia y que se busca en tierra.
(Pedro Salinas)

domingo, 2 de marzo de 2014

Música para poner las cosas en su sitio

Ethan Lipton and Orchestra - "Song inside you"

This is not a race, You don’t have to run,
You might even slow it down, take a look around, instead of chasing everyone
Nothing to prove, no point to make,
if when it’s said and done, you know in your heart that your song is sung.
Don’t go with your song still inside you,
Let it guide you, everyday.
We all know that it’s good to be humble, but don’t mumble your life away.
You could lose it all, you would still feel like you’ve won
you might fall out the sky, learn to fly just by reaching for the sun.
No need to fret, about regret, if it’s said and done,
you know in your heart, that your song is sung.
Don’t go with your song still inside you,
Let it guide you, everyday.
We all know that it’s gooood to be humble, but don’t grumble your life away.


miércoles, 19 de febrero de 2014

Si todos fuéramos Guille...

...aunque al final no lográramos nuestro propósito, aunque no nos escucharan...pero este periodo de oídos sordos, burbujas de esterilidad y negación de la realidad por los que pasamos tendría los días contados.

Quino

lunes, 10 de febrero de 2014

Clasiconcia

Por causas o azares (que diría Silvio) encontré esta lista de reproducción que fui creando en los últimos meses de mi tesis doctoral. Creo que si logré salir con algo de salud mental de aquella etapa (?) podría ser gracias a esta música. Así que ya sabéis, locos del mundo: mejor no escuchéis esta lista de reproducción, que si este mundo se dice dirigir por cuerdos, necesitamos ser muchos más locos para desbancarlos.


miércoles, 5 de febrero de 2014

Jordanian Samba

¿Danza del vientre o samba? ¿zumo de almendra o caipirinha? ¿desierto o Amazonas? con estas delicias musicales no sabes realmente si estás aquí o allá.


domingo, 2 de febrero de 2014

Música para tus encuentros con una Marieta


...que los ha habido y habrá en tu futuro. Tómatelo con calma, humor...y una buena copa de vino

viernes, 31 de enero de 2014

Las butacas 40 y 42

Las butacas 40 y 42 de la fila seis estaban vacías. Podían  haber sido las butacas 40 y 42 de la fila cinco, pero la señora y el señor Dorowitz no tenían nada mejor que hacer que evitar odiarse por una noche buscando cualquier excusa musical. Podían haber sido las butacas 36 y 38 de la misma fila número seis, pero las tres almas del recién forjado matrimonio Metz sí que disfrutaban del Adagietto de “la quinta” de Mahler. Podía haber sido una obra de teatro, una comedia o pantomima griega, pero tenía que ser Mahler y tenía que ser el tema de “Muerte en Venecia”. Las butacas 40 y 42 de la fila número seis eran las únicas huérfanas de la noche. Y a nadie le importaba por qué entre todas las butacas, entre todos los cientos de espectadores de la noche, tenían que faltar los de las butacas 40 y 42. Y no eran malas entradas. Todo el auditorio habría entendido si el señor y la señora Bartan hubieran decidido no ocupar aquella noche las butacas 29 y 31 de la fila 35, justo detrás de la columna. Incluso el dueño de la butaca 15 de la fila 20 hubiera sobornado al acomodador de saber que su vecino de la 13 iba a acompañar a destiempo con ronquidos los compases mahlerianos. Pero era el vacío entre las 38 y 44 el que rompía la perfumada simetría del auditorio. También podría ser que el asiento 40 viviera en cualquier calle o en cualquier piso distinto al asiento 42. Pero no parece fruto de la casualidad el que las butacas 40 y 42 comenzaran y terminaran vacías aquel concierto. Podría haberse dado el caso de que el asiento 40 decidió lavarse la cabeza más tarde de lo que debería haberlo hecho. O que sencillamente un taxista se hubiera ganado la cerveza de la noche a costa de sus clientes. Pero no. Un par de butacas tan bien elegidas y en un concierto que colgó el cartel de “no hay entradas” escasas horas después de abrirse las taquillas tenían que esconder algo. 
[...]
Aquellas dos butacas contribuían al silencio de la orquesta entre tempo y tempo de la sinfonía. Y mientras, para el resto de asistentes, los propietarios de las butacas 40 y 42 tan sólo eran dos desconsiderados que ninguneaban uno de los mejores conciertos de la temporada. Pero, el mundo estaba perdiendo en ese momento una (otra) pareja asustada por enfrentar sus vidas a la realidad. 
[...]
Las butacas 40 y 42 de la fila seis nunca se ocuparon pero a nadie le importó por qué. Y ahora él buscará en los compases de aquel Adagietto las palabras que jamás pudo encontrar. Y ahora ella se autoconvencerá de que tomó la mejor decisión en el momento adecuado. Pronto otro par de butacas permanecerán sin ocupar. Cambiarán los nombres, pero será otra historia por contar. Una historia que todos querrán conocer pero nadie protagonizar. Todo es inestable e inseguro hasta que el último compás deje de sonar. Hasta entonces, no pierdas de vista aquellas dos butacas y reza por aquellas dos almas. Algún día podrás hacerte con las entradas equivocadas.
(Canio Giubba)