Las fronteras que hoy día delimitan el estado de Israel son la herencia de la guerra de los seis días que ocurrió en 1967 (recordad la historia del país en este enlace). La corta duración de esta guerra no guarda relación proporcional con sus consecuencias. Una de las más controvertidas es el desplazamiento de los límites del estado israelí con Palestina. Tras la creación del estado en el 48, la ONU asignó un territorio a los sionistas que fue extendido por ellos mismos en la guerra de los seis días arrebatando, lógicamente, este terreno a lo que en un futuro podría ser declarado el estado de Palestina. Precisamente, en esto que hoy día se conoce como territorios ocupados (franja de Gaza y Cisjordania) es donde constantemente aparece en las noticias que el gobierno israelí aprueba la construcción de nuevos asentamientos judíos. Son asentamientos de colonos judíos en territorios de los que ellos mismos se apoderaron en 1967 y que oficialmente no son reconocidos por la comunidad internacional (pues sería aprobar la invasión de territorio palestino por parte de Israel). Centrándonos en Cisjordania, ¿qué ocurre a nivel administrativo? ¿Cómo se reparten la gestión de esta zona entre gobierno israelí y palestino? Hubo que esperar hasta los acuerdos de Oslo en 1993 para poner una base política a esta situación. Para esto, se han dividido los territorios ocupados en tres zonas: zona A, B y C
Cada zona se caracteriza por la autoridad que rige el control político y militar. Así,
- Zona A: control político y militar palestino (55% población palestina)
- Zona B: control político palestino y militar israelí (41% población palestina)
- Zona C: control político y militar israelí (4% población palestina)
En estas zonas C, viven 150000 palestinos y 400000 colonos judíos repartidos en 120 asentamientos reconocidos oficialmente y otros 100 ilegales.
Con un simple vistazo en el mapa podéis ver en qué proporción está cada una de estas zonas. Observad el color rojo. Es la zona donde el gobierno palestino guarda control militar y político y coincide con las grandes ciudades palestinas: Ramala, Belén, Nablus, Jericó.... De esta forma, los checkpoints (control de entrada y salida) en las zonas A los coordinan militares palestinos mientras que los de las zonas B y C los controlan las IDF (Fuerzas de Defensa de Israel). Así pues, así está la cosa: los palestinos no dejan entrar a israelíes a sus ciudades (Belén, Ramala....) y los israelíes no dejan pasar palestinos a "sus" territorios (lo de las comillas no es por dar un segundo sentido, sino porque la legitimidad de la propiedad de esas tierras no es tal según la comunidad internacional). Según me han contado, si un israelí pisa terreno palestino y es descubierto por las fuerzas palestinas, estas tienen la obligación de devolverlo a las IDF y será amonestado con una multa de unos cinco mil NIS (New Israeli Shekel), aprox. mil euros o así. Si un palestino intentara entrar en terreno israelí sin permiso, supongo que oficialmente sería un procedimiento similar, aunque rara es la vez que esto llega a ocurrir. Gran parte de la culpa de esta "asimetría de flujo" se debe al muro de contención, delimitado entre las zonas A y B y el cual tiene hoy día repercusiones económicas, políticas, sociales y administrativas que merecen una entrada en el blog por sí mismas. Mientras tanto, echad un vistazo a esta entrada en el blog de un periodista norteamericano asentado en Ramala.
Ojalá podamos ver las fronteras estabilizadas y el acceso libre entre ellas!Por aquí lo tenemos así....
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