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domingo, 23 de octubre de 2011

Los mudos hablaron a los sordos‏


En menos de ocho minutos de video se demuestra el poder de la música y la "pacífica rabia" y descontento de un pueblo...pero que bien puede representar a cada país del mundo occidental. Leed el texto del programa "Carne cruda" de RTVE y luego ved el video hasta el final. Los pelillos como escarpias :-)

Ocurrió el pasado 12 de marzo pero sigue siendo actual hoy y lo será mañana y me temo que también pasado mañana porque lo que pasó entonces sigue pasando ahora. Ocurrió en Roma. Se celebraba el 150 aniversario de la creación de Italia, la fiesta nacional. Para festejarlo tuvo lugar un concierto al que asistía el presidente Silvio Berlusconi y otros miembros del gobierno italiano. Dirigía la orquesta y coro, el temperamental Riccardo Muti que precisamente hoy llega a España para recibir el Premio Príncipe de Asturias, con Leonard Cohen entre otros.

Se representaba el Nabucco, la ópera de Verdi que evoca la esclavitud de los judíos en Babilonia y que alcanza su momento álgido en el famoso “Va pensiero”, entonado por un coro de esclavos que cantan a su tierra perdida y a la libertad del pensamiento ya que sus cuerpos están presos. En Italia, este canto es un himno a la libertad desde que se estrenó en 1842, cuando los italianos aún estaban bajo el dominio de los Habsburgo. Y el pasado 12 de marzo, al llegar a ese momento, una ola de emoción insólita recorrió el teatro de Roma: “El silencio se llenó de verdadero fervor cuando el coro entonaba el lamento de los esclavos "Oh patria mía, tan bella y tan perdida”, explicaba Riccardo Muti después. Puede verse en las imágenes. Termina el coro y el público prorrumpe en un aplauso furioso tan largo que la ópera no puede seguir adelante. Los cantantes permanecen en el escenario, sus caras rotas, al borde de las lágrimas, por la intensidad del momento. Se oyen voces que piden un bis de este coro y entre ellas una voz que grita: “¡Larga vida a Italia!”

Y entonces, Muti, el mudo, como dice su apellido, rompió su silencio. Se dio la vuelta hacia el público y mirando también al presidente del gobierno, empezó a hablar en clara referencia a los recortes en su país y en especial a los recortes del gobierno en el campo de la cultura: "Sí, estoy de acuerdo: "Larga vida a Italia", pero yo ya no tengo 30 años, he vivido ya mi vida como italiano y he recorrido mucho mundo. Y hoy siento vergüenza de lo que sucede en mi país. Accedo, pues, a vuestra petición de un bis del "Va Pensiero" pero no lo hago tanto por patriotismo sino porque esta noche, cuando dirigía al coro que cantaba "Ay mi país, bello y perdido", pensé que si seguimos así vamos a matar la cultura sobre la cual se construyó la historia de Italia y entonces nuestra patria sí que estará verdaderamente "bella y perdida".

No sólo el público, también el coro que permanece sentado en su mayoría durante ese canto, se levantó para aplaudir a Muti que se permitió un juego de palabras con su apellido dirigido a los políticos: “Los mudos (muti) le hablan a los sordos (sordi)”. Y por segunda vez en su vida, el director de orquesta accedió a interrumpir el curso de la ópera y a hacer un bis del “Va pensiero” pero con una condición: "Hagamos una cosa. Como el coro lo ha cantado magníficamente y la orquesta le ha acompañado estupendamente, les propongo ahora que se unan al coro y que cantemos todos el "Vapensiero… Pero ojo, a tempo".

Entonces, mirando al público, no a la orquesta ni al coro, Muti dirigió el “Va Pensiero” mientras cientos de papeles, el programa de la noche, volaban desde los palcos superiores como si la gente tirase sobre la cabeza de los políticos sus programas inservibles, mientras cantaba:¡Vuela, pensamiento, con alas doradas, pósate en las praderas y en las cimas donde exhala su suave fragancia el dulce aire de la tierra natal! ¡Oh, mi patria, tan bella y perdida! ¡Oh recuerdo tan caro y fatal! Arpa de oro de fatídicos vates, ¿por qué cuelgas muda del sauce? Revive en nuestros pechos el recuerdo, canta un aire de crudo lamento, que te inspire el Señor un aliento, que al padecer infunda virtud! ¡Que hable del tiempo que fue!Al terminar, el teatro entero se puso en pie en un nuevo aplauso. Los cantantes también. Muchos de ellos y ellas lloraban ya sin poder contener la emoción, dándose consuelo en un abrazo o un beso. Hay momentos que te reconcilian con el mundo y con la vida y coros que son capaces de acallar bocazas. Es hermoso cuando los mudos hablan y cantan aunque sea para los sordos…


martes, 18 de octubre de 2011

¿Se vive mejor sin Dios? (Juan Arias)

Cuando un religioso habla de religión con voz crítica: artículo de Opinión en El País, por Juan Arias.

Me pregunta un amigo por qué en tiempos de crisis, incluso las económicas como en la actualidad, el ser humano se refugia más en la fe en Dios. Difícil responder a esa pregunta, ya que para mí si Dios sirve para algo debería ser para los tiempos de alegría y felicidad, no para los tiempos del miedo.
Los padres del científico y escritor Leonard Mlodinov se salvaron de las garras del Holocausto. Él mismo salvó su vida el fatídico 11 de septiembre, en los bajos de una de las Torres Gemelas de Nueva York cuando se hundió. En una entrevista reciente le preguntaron en Brasil qué sentía al saber que Dios había salvado milagrosamente su vida y la de sus padres. Respondió: "No fue Dios, sino el acaso". Y añadió: "¿Qué Dios sería ese que salva a mis padres del nazismo y deja morir a seis millones de otros judíos?". "¿Qué Dios sería ese que me salva del atentado terrorista de Nueva York y deja morir a otras 3.000 personas?".
Difícil encontrar a Dios en los escombros de la muerte.
Lectores que no conozco suelen preguntarme, unos con respeto, otros, menos, si pienso que sin Dios se acaba viviendo mejor. Escribí hace 40 años un libro que se titulaba El Dios en quien no creo. Había sido el título de un artículo publicado en el desaparecido diario Pueblo de Madrid. Se les había colado a los censores franquistas. Quizás porque pensaron que si hablaba de Dios no podía ser nada subversivo. Lo era para la España católica y cerrada de entonces.Me citó a su despacho el entonces arzobispo de Madrid, Casimiro Morcillo. Me dijo que el artículo estaba ayudando a los españoles a hacerse ateos porque afirmaba entre otras cosas que si Dios existe no podía existir el infierno y que no podía curar a unos y dejar morir a otros. Le mostré la carta que acababa de recibir de un matrimonio joven, en la que me decían que habían recortado el artículo y conservado para cuando sus dos hijos pequeños fueran mayores. "Nosotros no somos creyentes, pero si nuestros hijos un día quisieran creer, nos gustaría que creyeran en ese Dios irreconciliable con el infierno", decían.
No sirvió de nada. Desde aquel día, además de la censura franquista, la Iglesia de Madrid me impuso otro censor para mi columna de Pueblo, que se titulaba Las cosas claras. Sobre aquel libro, nacido de aquelartículo y traducido hoy a 10 idiomas, dos señoras encopetadas, cuando volvía en tren de Asís, donde había sido publicado, mirando con recelo la portada, me preguntaron: "¿Ese libro es a favor o en contra?" "Eso depende, señoras", les respondí.
Cada vez que hoy me preguntan si creo que es mejor o no creer en Dios suelo responder que eso no tiene importancia, ya que si existiese Dios, lo importante sería que él creyera en nosotros, como me había dicho monseñor Romero, quizás en su última entrevista antes de ser asesinado a tiros mientras celebraba la Eucaristía.¿Se es más feliz sin Dios? Depende, señores. Difícil sentirse libres y realizados con el Dios al que aman y adoran los dictadores -con los que, por cierto, la Iglesia siempre se ha entendido mejor que con los demócratas-; difícil con el Dios absolutista incompatible con la democracia o con el Dios que recela de la sexualidad.Es difícil que las personas, jóvenes o adultas, no lleven dentro de sí la sombra de un Dios castrador, aquel del que en un colegio de religiosas la madre superiora había escrito en los retretes de las alumnas: "Dios te está mirando".
El famoso poeta brasileño João Cabral de Melo Neto, cuando estaba para morir, quiso hablar con un sacerdote de la Teología de la Liberación. Le confesó que era ateo, pero que en aquella hora final lo asaltaba el miedo de "aquel infierno del que me hablaban de niño en la Iglesia". El teólogo le dijo que, además de no existir el infierno, un poeta nunca tendría lugar en él. Aquel teólogo era Leonardo Boff, condenado al silencio por el entonces cardenal Ratzinger y hoy papa Benedicto XVI.El Dios del miedo es el Dios que no merece existir. El miedo es argamasa humana, es el arma de todos los poderes de la Tierra, no tiene nada de divino. Es tirano. Solo la felicidad es liberadora. El miedo es usado y abusado por las Iglesias institucionales. Jesús nunca impuso miedos a los que le seguían. Se los quitaba. Él los tuvo también. Tuvo miedo de morir, sudó sangre ante la inminencia de su muerte, pidió explicaciones a Dios de por qué dejaba que lo mataran si era inocente. Y de él tuvieron miedo los hipócritas y los poderosos, nunca los arrinconados o indignados.Aquel profeta tenía solo un pecado: no creía en el sufrimiento ni en el dolor ni en la muerte como armas de redención. No soportaba ver sufrir a nadie. No le gustaban los muertos y los resucitaba. Nunca pidió a sus apóstoles que hicieran ayunos y penitencias, ni que fueran héroes o vírgenes. Estaban todos casados, como él.
Y no fue un profeta fácil: exigió, con naturalidad, algo que nos parece locura: devolver bien por mal. Sabía que la felicidad -que era su única teología- se engendra en la paz y no en la guerra, en el perdón y no en la venganza.¿Se vive mejor sin Dios? "Depende, señores". Sin el que ofrecen las iglesias que no te permite morirte en paz, ni hacer el amor sin que te espíe como un policía, se vive mejor. Se vive mejor sin el Dios que pretende adueñarse de lo más sagrado del ser humano: su libertad y su conciencia. Por lo menos, sin él, se vive sin menos miedos, que no es poco.
¿Y con el Dios en el que creía monseñor Romero cuando lo acribillaron a balas en el altar por defender a los pobres contra el poder, se vive mejor?, se preguntarán algunos. ¿Se vive mejor con el Dios que apuesta siempre por los que pierden, el Dios de aquel Jesús que no solo perdonó en la cruz a los que blasfemaban contra él, sino que hasta los excusó: "Perdónales, porque no saben lo que hacen", expresión máxima del amor supremo que no humilla ni cuando perdona?
Creo que como mejor se vive es siendo fiel a la voz de la conciencia, más severa que las leyes porque no es posible burlarla, y que constituye la única fuente de libertad. El cardenal Newman, convertido del protestantismo al catolicismo, fue un defensor del primado de la conciencia sobre la ley. En la Carta al Duque de Norfolk cuenta que, si se viera obligado a hacer un brindis, lo haría "primero a la conciencia y después al Papa". Newman tiene una frase que aún hoy, después de dos siglos, sigue poniendo los pelos de punta a la Iglesia y a los teólogos tradicionales: "Prefiero equivocarme siguiendo a mi conciencia, que acertar en contra de ella". La Iglesia defiende, al revés, que la conciencia debe ser antes formada. Por ella y con el miedo, claro.
¿Se vive mejor sin Dios? Depende. Quizás se tenga a veces la tentación de creer en alguien más que humano, capaz de exorcizar la crueldad que siembra de muertos inocentes el planeta, la que pisotea a los que no tienen poder, la que exalta a los aprovechados, la que discrimina a los diferentes, la que violenta a los niños, la que quiere imponer a su Dios, la que humilla a la libertad. Pero ese, ¿no será más bien el Dios de nuestros sueños?Se podría vivir mejor solo con el Dios -si existiese- capaz de quitarnos a los mortales el miedo supremo de la muerte, sin la cual, curiosamente, dejarían de existir las religiones, como afirmaba Saramago. Se viviría mejor con el Dios que no nos prohibiese soñar. ¿Existe?

Juan Arias. Opinión. El País. 12/10/2011

miércoles, 12 de octubre de 2011

Sucot en Jerusalén

Todo senderista o corredor de fondo sabe que el ritmo marcado al inicio de una marcha es fundamental para poder mantener el fondo físico durante el transcurso de la misma. Si comienzas rápido y exigiéndote más de lo que tu cuerpo puede darte, corres un gran riesgo de que te dé una buena pájara. No sólo eso. Todo juerguista nato, también debe de conocer sus propios límites y no excederlos (o al menos demasiado pronto) para poder disfrutar de toda la noche/fiesta que queda por delante (y si los sobrepasa, que sea por propia elección). Pues algo así deberían de decirle a más de uno por estos lares. Me parece a mí que al llegar Tishrei, el primer mes del año según el calendario judío, las ventas de ginseng y otros revitalizantes en este país tienen que dispararse. Comenzó el año con Rosh Hashaná, le siguió Yom Kippur y ahora, el Sucot, fiesta de las cabañas o de los Tabernáculos.

Durante el Sukkot, el pueblo judío rememora durante siete días el deambular de sus antepasados por el desierto tras huir de Egipto. Es, junto con el Pésaj y Shavuot (el año pasado no escribí sobre ellos, a ver si este no se me pasa...) uno de los tres días en los que en la Antigüedad, todo el pueblo de Israel venía en peregrinación a visitar el Segundo Templo en Jerusalén. Hoy día, con esto de los aviones, coches, motos, globos aerostáticos, zepelines, patinetes y otros medios de transporte más allá de la mula y el delgaducho corcel, lo de venir a Jerusalén está pasado de moda. Lo que sí que mola es pasar de la vida urbana a la campestre sin salir de tu casa. Y es que en esto, básicamente y visto con ojos un tanto laicos, consiste la fiesta de los tabernáculos. Muchas familias religiosas montan una tienda o cabaña (sukkah) en los balcones, terrazas o jardines de sus casas...

Sukkah en los balcones de los edificios de Mea Shearim
Sukkah en los balcones de los edificios de Nahlaot
Sukkah en las terrazas de los edificios de Nahlaot
...y si no hay espacio en tu casa, sin problema, la montas en la calle, que hay mucha y es de todos...

Sukkah en una de las calles de Nahlaot
Durante la semana del sukkot, las familias con una sukkah hacen vida en ella: comer, dormir y, sobretodo, rezar. Todo ello para recordar cómo fue la vida de sus antepasados cuando tuvieron que vivir sin nada.

De nuevo, Mahane Yehuda (el mercado de la ciudad) es un termómetro infalible para prever qué fiesta se acerca en los próximos días. Así pues, algunos puestos del mercado se han convertido temporalmente en puestos del mercado de las cuatro especias (Arba'at Ha-Minim, o simplemente Arba Minim). Y todos ellos compiten con un mercado de las cuatro especies temporal emplazado, cómo no, en un gran sukkah al otro de la calle de Mahane Yehuda.

Y es que el sukkot no podía estar exento de simbologías. Durante una de las ceremonias a celebrar uno de estos días, está escrito en la Torá (un mitzvá o mandamiento) el que deben de ondear a los cuatro puntos cardinales las cuatro especias designadas, a saber:

- Lulav, u hoja de palmera cerrada
- Haddash u hoja de mirto
- Aravah u hoja de sauce
- Etrog o citrón (una especie de cítrico)

El origen de este mandamiento esta en Levítico (23:40): "Y tomen el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y regocígense delante del Señor su Dios por siete días".

Las cuatro especias deben de permanecer unidas e inseparables durante todo el sukkot porque (y aquí llega el simbolismo) representa el deseo del pueblo judío de unir a los cuatro tipos de judíos al servicio de Dios. ¿Eres un tipo de creyente/practicante u otro? no hay problema, tendrás o carecerás de algunas cualidades organolépticas: el sabor y el olor (eso de "tener salero" ya no se lleva...)

- Lulav (hoja de palmera): tiene sabor pero no olor, y representa a aquellos que estudian la Torá pero no la practican con buenas acciones
- Haddash (hoja de mirto): tiene buen olor pero no sabor, y representa a aquellos que realizan buenas acciones pero no estudian la Torá
- Aravah (hoja de sauce): no tiene sabor ni olor, y simboliza a quienes ni estudian la Torá ni realizan buenas acciones.
- Etrog (citrón): tiene buen sabor y olor, representando a quienes estudian la Torá y realizan buenas acciones.

Una interpretación algo más pagana (aunque embebida dentro de una religión) es la relación de los cuatro tipo de especias con sus distintos requerimientos hídricos de las plantas, de modo que una oración con ellas es una oración invocando un año de buenas lluvias.

Teniendo esto en mente, pasear hoy por el mercado de Mahane Yeyuda o, mejor aún, por Mea Shearim, no tiene desperdicio alguno. Una mezcla inimaginable de gente paseando, bullendo por todos los puestos y calles de los alrededores compiten de un modo u otro por encontrar los mejores productos (cuatro especias) para sí mismos (un buen etrog puede variar su precio entre los 5 y 500 dólares). El minucioso análisis al que someten a cada pieza que seleccionan es digno de mención, seleccionando aquellas que mejor sabor/olor/forma tengan. Por ejemplo, de la hoja de palmera seleccionan aquella que tenga la hoja central sin abrir, del etrog (cítrico) seleccionan el color, forma, los poros de la cáscara, los posibles arañazos que puedan tener....

El objetivo de mi cámara está enfermo y lo tengo que llevar en breve a la UCI, pero no me he podido resistir a hacer unas cuantas fotos en el modo "guiri": iPod en mano y a perder la vergüenza. Ahí va un video de un minutillo para que conozcáis el ambiente del mercado de las cuatro especias, seguido de unos cuantos momentos, como diría Boris Izaguirre.



Cajas de etrog con números de serie
Todos venden etrog
Arba Minim, en Mahane Yehuda
Puesto de etrog en el mercado de las cuatro especias
Arba Minim, Mahane Yehuda
Puesto con aravah (hojas de sauce)
Examen minucioso de las haddash (hoja de mirto)

"Sí a los turistas. No a los misioneros"

A la entrada de Mea Shearim...


Gilad Shalit (por Enric González)

Cinco años de secuestro han hecho falta para que los gobernantes de este país acepten el trueque de Gilad Shalit por 1027 presos palestinos arrestados en cárceles israelíes. ¿Quién es Gilad Shalit? Enric González, corresponsal de El País en Israel/Palestina habló sobre él, su secuestro y sus consecuencias sociales y políticas en el conflicto entre Israel y Palestina. Copio y pego el texto íntegro.


"A veces se cree que el conflicto entre israelíes y palestinos es exclusivamente territorial y que bastaría algún tipo de acuerdo sobre fronteras, más o menos razonable, para encauzarlo. En realidad, las cosas son más complejas. Mucho más difíciles. Gilad Shalit ha acabado concentrando en su tragedia personal muchos de los rasgos de la gran tragedia colectiva. Para Shalit, como para el conflicto, el tiempo parece pasar de largo".
"Gilad Shalit (Nahariya, 1986) se empeñó en cumplir el servicio militar en una unidad de combate, como su hermano mayor, aunque la revisión médica le orientara hacia una función administrativa. El 25 de junio de 2006 fue capturado por milicianos de Hamás que salieron de Gaza a través de un túnel y atacaron un puesto israelí junto a la frontera. Murieron dos de los milicianos y dos soldados. Shalit, herido en una mano y un hombro, fue transportado al interior de la franja. Cinco años después, allí sigue. Se supone que aún vivo.Una de las características del conflicto consiste en la manipulación sistemática del lenguaje, por ambas partes. En lo que se refiere a la situación de Shalit, los israelíes hablan de "secuestro". Y tienen razón. En Hamás subrayan que Shalit estaba uniformado y armado y fue capturado en una acción militar. También tienen razón.Pero en cuanto sus captores denegaron a Shalit el derecho de visita de la Cruz Roja e impidieron a sus familiares el derecho a saber dónde se encontraba (por temor a una operación de rescate israelí: la única efectuada hasta ahora, días después de la captura, causó unos 400 muertos), el joven soldado dejó de ser un prisionero de guerra según la legislación internacional. Y en cuanto Hamás pidió un rescate por el rehén, consistente en la liberación de todas las presas palestinas, de todos los presos varones menores de edad y de otros 1.000 presos más, entre ellos varios condenados por gravísimos delitos de terrorismo, el asunto se convirtió en un secuestro. Eso lo reconoce la propia Cruz Roja".En Hamás se indignan ante la importancia que se concede a Gilad Shalit, cuya liberación ha sido pedida por los principales líderes del mundo. ¿Y los presos palestinos?, preguntan. ¿No están en la misma situación?"
"No exactamente. A ellos les puede visitar un delegado de Cruz Roja, conocen (con alguna excepción) la duración de su condena y, en principio, no temen ser degollados por sus carceleros. El problema de los presos palestinos no radica en su situación penitenciaria, sino antes, en los juicios militares sumarísimos a los que son sometidos (por más que parte de la sociedad israelí hable de Judea y Samaria y las herencias divinas, Cisjordania es un territorio ocupado regido por las autoridades de ocupación, por supuesto militares); y en la práctica frecuente del encarcelamiento preventivo, sin plazos ni garantías, por "razones de seguridad".Otra de las características del conflicto es la escasez de buena voluntad. Cuanto más feroz, loco y peligroso parezca uno, mejor. Hamás solo ha dado pruebas de que Shalit está con vida a cambio de la liberación de pequeños grupos de presos palestinos, y se ensaña con la desventura del joven soldado de reemplazo (los párvulos de Gaza escenifican su captura, se pintan murales y se hacen películas de dibujos animados sobre el envejecimiento del preso en su celda, se pasean monigotes con su efigie en las manifestaciones) hasta extremos repulsivos. ¿Qué hace ahora el Gobierno israelí? Prometer que los presos de Hamás vivirán en condiciones mucho peores: no podrán estudiar, por ejemplo. El viejo juego de las represalias permanentes.Otra característica del conflicto: las partes sufren divisiones internas demasiado profundas como para permitir acuerdos. La Autoridad Palestina, controlada por Al Fatah, pide que se libere a Shalit. Especialmente en las actuales circunstancias, mientras Al Fatah y Hamás negocian un Gobierno de unidad. Los de Hamás, divididos a su vez entre "políticos" y "militares", prefieren enrocarse.La fractura, sin embargo, resulta especialmente dramática en Israel. Miles de coches israelíes llevan colgada del retrovisor una cinta amarilla en recuerdo de Shalit, se han celebrado grandes manifestaciones y largas marchas, se han boicoteado ceremonias oficiales y, en general, cuesta encontrar a alguien que no se declare absolutamente favorable a que concluya el cautiverio del soldado.
"El problema son los términos. Según los sondeos, en torno al 60% de la población está a favor de liberar 1.000 presos palestinos a cambio de Shalit. Pero el 40% restante tiende a pertenecer a los partidos derechistas y nacionalistas de la coalición de Benjamín Netanyahu, lo cual induce al primer ministro a mantener una posición cerrada. Asegura que está dispuesto a "pagar un precio, pero no cualquier precio" por el regreso del soldado.Y así han pasado cinco años de negociaciones públicas y secretas y de cálculos tácticos, durante los cuales la imagen de Gilad Shalit se ha deshumanizado de alguna manera para convertirse en un icono más del conflicto: su rostro, omnipresente, es un símbolo de significado incierto.Los cinco años han tenido un efecto devastador sobre la familia Shalit. El padre, Noam, y la madre, Aviva, dejaron sus empleos y su casa el año pasado, con motivo del cuarto aniversario de la captura de Gilad, y se establecieron en una tienda de campaña frente a la residencia del primer ministro. El desgaste es muy perceptible en Noam, que se niega a hablar de sí mismo "porque lo único importante es Gilad". Cuenta que ha presentado una querella por secuestro en Francia (los Shalit tienen pasaporte francés además del israelí), que se trata de "un crimen de guerra", que los presos de Hamás en las cárceles israelíes viven "demasiado bien, mucho mejor que Gilad" y que Netanyahu "ha de hacer algo". Dice estas cosas, que habrá repetido miles de veces, como un autómata, con los ojos cerrados. La tienda de campaña está decorada con numerosas fotos de Gilad Shalit".
En un momento de cansancio, Noam Shalit pierde el hilo de su discurso y sus palabras caen por un resquicio de lucidez: "Dicen que si el Gobierno cede y libera a los presos palestinos, se creará un precedente y Hamás tendrá más motivos para secuestrar rehenes; eso es una tontería, Hamás tendrá buenos motivos para secuestrar mientras Israel siga deteniendo palestinos de forma masiva".Cuanto más prolifera la imagen de Shalit, más difícil resulta recordar a la persona. Hadas Amster, una joven de 24 años, coincidió con él en el instituto y en el Ejército: "Fui destinada al mismo puesto de Gilad, junto a Gaza, y estaba presente cuando nos anunciaron que dos compañeros habían muerto y que uno había sido capturado".A Hadas le costó creer que Gilad Shalit, el muchacho reservado y solitario con quien acababa de reencontrarse de uniforme, fuera el desaparecido. Ya era un cabo relativamente veterano y había explicado a los novatos, entre ellos Hadas, la situación en la zona. "Nos dijo que las cosas estaban revueltas, pero que se calmarían en muy poco tiempo. Al día siguiente salió con un destacamento. Y ya no volvió. Ojalá estuviera aquí. Ojalá".


Enric González. El País. 03/07/2011

sábado, 8 de octubre de 2011

Yom Kippur en Jerusalem

Y hoy, nueve días después del año nuevo judío (Rosh Hashaná), se culminan los diez días de arrepentimiento. Según la tradición judía, es el día más solemne del año, día en que seremos perdonados de nuestros pecados y debemos de reconciliarnos con el de ahí arriba y con todos los que hayamos tenido un encontronazo a lo largo del año. El Yom Kippur de este año comenzó al caer la noche de ayer día 7 de Octubre y terminará en unas horitas, cuando suenen el shófar (el cuernecillo de carnero). Desde entonces, la comida, la bebida, el baño y las relaciones conyugales están prohibidas. Todo esto, sólo terminará a la caída del sol de hoy (en un ratico, vamos). Yo me siento un poco delincuente, trabajando en la universidad y usando estas jais tennoloyis de los ordenadores e internet...algo que no debería ....glup...Pero eso sí, tanto ayer como hoy tenía que salir a la calle a conocer el ambiente que se respiraba porque, literalmente, el país entero se paraliza. Aquí en Jerusalén todos los comercios están obligados por ley a cerrar (sopena de una cuantiosa multa...) así como todo servicio de transporte público. Casi por consenso, los medios de transporte privados (coches particulares, motos, submarinos...) también se quedan aparcados en las cocheras. En resumen, por motivos religiosos, esta ciudad logra tener el mejor día verde, ecológico o sin humos que jamás hubiera podido imaginar. Ni un coche por las calles. Ni una moto. Tan sólo un par de veces he visto un coche de policía circulando con las luces encendidas. Eso es todo. Cuando sales a la calle, al principio te sientes un Eduardo Noruega en "Abre los Ojos"


Pero conforme caminas un poquico te encuentras las calles invadidas por familias paseando por mitad de las carretera, niños con bicis y monopatines, muchos de ellos vestidos de blanco (kitel, ideal para un anuncio de Ariel) representando la pureza, porque "aunque vuestros pecados sean como la grana, pueden tornarse tan blancos como la nieve" (Isaías 1:18).

Por último, una curiosa tradición de la comunidad ultraortodoxa para el Yom Kippur es el kaparot, donde los hombre toman un gallo y las mujeres una gallina y mientras hacen círculos con ellos sobre sus cabezas deben decir "esta gallina está en mi lugar, me reemplaza y es mi perdón, esta gallina irá a la muerte y yo entraré en una vida larga y apacible" (por no herir la sensibilidad del nadie no revelaré el destino de estos animalillos -a las gallináceas me refiero- :-P perdón por el chiste fácil, pero no pude contenerme). Este video está rodado en Mea Shearim, en Jerusalén, hace unos años.


martes, 4 de octubre de 2011

Cambio de hora


Esto de los cambios de hora a veces parecen un sinsentido. Estás conduciendo por Badajoz. Vas conduciendo por una autovía y cruzas un arquito con un cartel donde aparece escrito “Portugal” y ¡zas! a poner una hora menos en el reloj. Tras un día de mucho curro (o una juerga mú gorda), reventaíco, llegas a casa y lo único que quieres es dormir…y bien sea el periódico, la tele o el otro crápula que te acompañó durante tu odisea etílica…y ¡zas! te recuerdan que esa noche duermes una hora menos. Debo recalcar que no tengo nada en contra del cambio de hora, si bien está justificado por un modelo de ahorro energético. Sólo cambiaría eso del GMT (Greenwich Mean Time) for el JMT (Jaén Mean Time), que yastá bien eso del anglocentrismo :-P
El tema es que esto de las horas funciona por husos horarios. Los que estén donde Greenwich, les llamaremos GMT+0, de modo que los que estén más hacia el Oeste serán los GMT- y los que estén más al Este, los GMT+. El por qué es muy sencillo. Si no cambias la hora, conforme llegue el invierno la cantidad de horas de oscuridad durante horario laboral aumentará y tendrás las luces encendidas durante más horas (por simplificar, eh?) (eso por no hablar de la poca gracia que hace entrar a trabajar siendo de noche). Y durante el verano, si no cambias la hora, te despertarás a las tantas de la madrugada con un tal Lorenzo buscando a su Catalina, mientras tú te acuerdas de su familia con la almohada sobre tu cabeza y del que inventó tal pastoril romance.
Así que, resumiendo, el cambio de hora es un invento reciente para ahorrarnos un dinerillo en las facturas de la luz (y así de paso le damos un respiro a Gaia…). Estos cambios se suelen hacer más o menos en las mismas fechas. En España, por ejemplo, el 30 de Octubre dormiréis una horita más, cambiando las agujas del reloj de las tres a las dos de la mañana.
Y es que el dinero lo mueve todo….y en este país desde el que escribo, la religión. A pesar de que Israel está en el GMT+3 y España en el GMT+2, ahora mismito tenemos la misma hora. ¿Por qué? porque así lo exige la ley. Este es otro ejemplo del peso que tiene la religión en este país. El principal motivo por el que se ha cambiado un mes antes que en España es facilitar la oración a la sección religiosa del judaísmo. Los judíos tienen la obligación de rezar tres veces al día la Tefilá (cuatro si es Shabat): una por la mañana, mediodía y noche. Ahora bien, ¿qué es mañana, tarde y noche? Como consenso se suele decir el primer tercio del día, aunque siendo estrictos, se debería de rezar al amanecer, justo a la salida del sol. Un ultraortodoxo no tiene responsabilidades laborales (el Estado les paga para estudiar la Torá) pero un gran porcentaje de la población israelí es judía no ultraordoxa: en otras palabras, que tienen que irse a trabajar. Por esto mismo, al cambiar la hora antes, se facilita que la gente tenga tiempo para rezar antes de salir a trabajar. Hasta 2005 la decisión de cuándo cambiar la hora dependía del ministro de Interior de turno (si era religioso, tendía a adelantarlo). Desde 2005 está fijado por ley, realizando el cambio de hora en el primer sábado entre Rosh Hashanah y Yom Kippur.