Página principal

sábado, 12 de noviembre de 2011

Sobre vidas, juegos, apuestas y demás ludopatías

Esta vida de doctor jugando a ser estudiante acaba por mostrarte que mucho te dejas por aprender cuando decides abandonar el pupitre. Juegas a que la ciencia (y el mundo que la compone) quiera jugar contigo. Juegas a no ser mayor mientras el tiempo se asegura de no darte la razón. Juegas a buscar estabilidad mientras se desestabiliza cuanto tienes. Intentas jugar al parchís pero te obligan a jugar a policía o ladrón. Quieres jugar a policía o ladrón pero te tienes que conformar con el cinquillo. Y cuando quieres jugar al cinquillo, te obligan a jugar al solitario. Y entonces te das cuentas que lo que comenzó como un juego, se ha convertido en tu vida.
Y aquí andamos, jugando a vivir. Las apuestas suben más y más hasta que el órdago se convierte en la mínima del día. Tú sigues ahí, continuando la partida y forzando tu mejor cara de póker, no vaya a ser que se descubra tu as debajo de la manga.
Aprender a vivir se convierte en un vivir para aprender. Y si de eso se trata, si vivimos para aprender, entonces estoy ganando la partida yendo de oca a oca y sin pasar por prisión alguna ni una sola vez. Aprendes a vivir de las paradojas. Te sientes un poquitín más cerca aun estando más lejos. Cuando podrías sentirte solo y aislado por miles de personas que no conoces te das cuenta de que el error es precisamente ese: no conocer a las personas. Y entonces cortas de nuevo la baraja y comienzas una nueva timba. Y entonces volteas de nuevo las piezas del dominó y juegas a intuir cuál de todas ellas es aquel seis doble que te permita iniciar de nuevo la partida…

"Lo cierto de lo incierto". Canio Giubba (1981)



2 comentarios:

  1. Si juegas siempre limpio, aunque no ganes, te quedara siempre la satisfaccion personal y la tranquilidad de haber hecho las cosas bien...Cuidate genio!!!

    ResponderEliminar
  2. Llevas razon. El error es no conocer a los desconocidos...

    ResponderEliminar